GRACIAS A DIOS NACÍ MUJER.

Deseo contarles estos recuerdos sobre mí, como mujer, que inician en mis primeros años de edad  primero como niña y adolescente y terminan  en estos últimos años como adulta entrada en la vejez oficial de nuestro Seguro Social a partir de los 60 años y según el maestro Samael Aun Weor a partir de los 56 años.Hace 61 años nací,...
en mis primeros años de niñez y adolescencia nunca tuve conciencia que era ser fémina, aparte de sentirme plenamente mujer y con los deseos innatos de llegar a ser madre, desconocía todo lo que ser mujer significa.

Siendo una niña y adolescente de naturaleza dócil me dejé conducir por las personas que me cuidaron sin rebeliones ni sin resentimientos de ninguna clase. Pero siempre vi las ventajas que tenían los hombres de mi alrededor, eso me decía íntimamente que era mejor nacer hombre.

Pasó el tiempo sin contratiempos, rodeada de amor por mis padres y hermanos, llegó el momento de la realización plena que nos caracteriza a las mujeres: el matrimonio y la maternidad, nacieron mis tres hijos. Con una pésima experiencia matrimonial y sin apoyo del padre, dediqué mi vida entera a ellos.

No tuve tiempo para pensar en mi como  mujer, solo pensaba en ser una madre de tiempo completo y digo completo porque mientras ellos iban a su colegio yo me dedicaba al trabajo para satisfacer todas sus necesidades y complementaba el resto (de mi tiempo) al cuido y formación de ellos quienes tienen solo 18 meses de diferencia entre el primero y el segundo y con 27 meses entre el segundo y el tercero.

Ahora, ya sin responsabilidades extras, reflexiono esto que les expreso: bendigo en todo momento  ser MUJER, bendigo la GRANDIOSA ENERGÍA FEMENINA que complementada con la ENERGÍA MASCULINA,  en  Nuestro Ser Interior se perfecciona la obra de la NATURALEZA.

Ahora comprendo la perfección que existe en la mujer, aunque ésta sea común y corriente y no podamos sobresalir como otras grandes mujeres que gracias a Dios existen y han existido en el mundo desde el inicio de la humanidad.

Abuelas, madres, hermanas, amigas, conocidas y desconocidas, perfectas o imperfectas ese principio que nos une, esa Energía Femenina que nos determina es la que nos hace especiales lo reconozcan o no lo reconozcan.

Quiero agradecer a todos mis amigos y amigas de Internet a quienes conocí a través de la FADD, que me han abierto los ojos y en estos últimos tres años, aun me asombro de lo que desconocía, no por ignorancia en cuanto a saber del mundo sino por la dormición que la sociedad y la religión impone y por esa maravillosa virtud de dejar todo a un lado para entregarse completamente AL AMOR QUE LA MUJER DA A LOS SERES QUE ESTAN ENCOMENDADOS A SU CUIDO, SEAN ESTOS HIJOS, HERMANOS, PADRES O ALUMNOS.

Por esto y muchas cosas más, te felicito Galaxia.